Estimados/as colegas:
No hay nada extremo respecto del veganismo ético.
Lo que es extremo es comer cuerpos en descomposición y
secreciones animales.
Lo que es extremo es que consideramos a algunos animales
como miembros de nuestra familia mientras que, al mismo tiempo, clavamos los
tenedores en los cadáveres de otros animales.
Lo que es extremo es pensar que es moralmente aceptable
infligir sufrimiento y muerte a otras criaturas sintientes simplemente porque
disfrutamos el sabor de los productos animales o porque nos gusta la apariencia
de las ropas que provienen de animales.
Lo que es extremo es que decimos que reconocemos que el
sufrimiento “innecesario” y la muerte no pueden ser moralmente justificados y
luego pasamos a involucrarnos diariamente en la explotación, partiendo del
hecho de que es completamente innecesaria.
Lo que es extremo es pretender adoptar la paz mientras
provocamos violencia, sufrimiento, tortura y muerte en una parte diaria de
nuestras vidas.
Lo que es extremo es que criticamos enfáticamente a las
personas como Michael Vick, Mary Bale y Sarah Palin como si fueran los
villanos, mientras continuamos comiendo, usando y consumiendo productos
animales.
Lo que es extremo es que decimos que nos preocupamos por los
animales y que creemos que son miembros de la comunidad moral, pero
auspiciamos, apoyamos, alentamos y promovemos los programas de etiquetado de la
carne/lácteos felices.
Lo que es extremo es no comer cuerpos de animales pero
continuar consumiendo lácteos, cuando no hay absolutamente ninguna distinción
racional entre la carne y los lácteos (u otros productos animales). Hay tanto
sufrimiento y muerte en los lácteos, huevos, etc, como hay en la carne.
Lo que es extremo es que estamos consumiendo una dieta que
está causando enfermedad y resultando en un desastre ecológico.
Lo que es extremo es que alentamos a nuestros hijos a amar a
los animales, al mismo tiempo que les enseñamos que aquéllos a quienes aman
pueden ser también aquéllos a quienes dañan. Les enseñamos a nuestros hijos que
el amor es coherente con la cosificación. Esto es verdaderamente extremo –y muy
triste−.
Lo que es extremo es la fantasía de que alguna vez
encontraremos nuestra brújula moral con respecto a los animales mientras ellos
estén en nuestros platos o en nuestras mesas, en nuestras espaldas o en nuestros
pies.
No, el veganismo ético no es extremo. Pero hay muchas otras
cosas que hacemos a las que ni siquiera les prestamos atención, que sí son
extremas.
Si no son veganos/as, háganse veganos/as. Es fácil. Es mejor
para su salud y para el planeta. Pero, lo más importante, es lo correcto para
hacer.
El mundo es vegano. Si vos lo querés.
Extraído de la página de Ánima.
Traducción: Ana María Aboglio - 2010 Ediciones Ánima.
Texto perteneciente al Blog personal de Gary
Francione.
22 de diciembre de 2010