El pasado 30 de octubre -como siempre, yo enterándome tarde de las noticias- el periódico venezolano 'El Nacional' publicó un reportaje especial de Mireya Tabuas titulado "Derechos en el clóset", en donde se expone la situación actual de Venezuela referente a los derechos LGTBPIQ. Dicho reportaje fue de tres páginas y contó con entrevistas por parte de personas de este colectivo que diariamente se ven afectadas debido a las pocas oportunidades en relación al ámbito legal que tienen en el país.
Si bien en la entrada anterior publiqué la síntesis del reportaje, en esta entrega planeo dejarles las entrevistas, que, a mi parecer, nos muestran la realidad por la que pasan estas personas al vivir en un país donde sus derechos no están siendo tomados en cuenta. También porque creo que estas historias, que forman parte de nuestra realidad venezolana, deben llegar a cuántas personas sea posible para que así se genere consciencia al notar que quienes están sufriendo por la indiferencia de un país son seres humanos iguales a cualquiera de nosotros: con metas y sueños por realizar. Cosas que no pueden lograr mientras se sigan ignorando sus necesidades.
¡Comencemos!
Entrevista a Gabriel: "Gabriel Jiménez no existe"
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| Gabriel Jiménez |
"A mí me enseñaron a ser legal y el tener que vivir ilegal sin haber hecho nada es injusto (...) Incluso, para votar he tenido problemas porque no entienden cuando ven que el nombre de mi cédula es el de una mujer y yo soy un hombre"
"Gabriel Jiménez no tiene tarjeta de crédito, pasaporte, licencia de auto ni cuenta bancaria. Gabriel Jiménez no existe. Mi cédula, en la que sale mi foto como soy ahora, así, con barba, tiene un nombre que no me pertenece: Gabriela Josefina Jiménez. Así no me reconoce nadie, no me reconozco yo mismo. Para tener los documentos que me hagan ciudadano en este país debo cambiar mi nombre por el que me identifica: Gabriel José, sin embargo, no he podido hacerlo".
Entrevista: "¿Por qué no puedo registrar mi matrimonio en Venezuela?"
"Como Oliver no puede vivir aquí en Venezuela como mi esposo, yo me voy a Holanda"
"Uno no decide cuándo se enamora. Tengo 46 años de edad, soy profesor de Computación en la Universidad Simón Bolívar e hice un año sabático en Holanda en 2007. Allá conocí a Oliver Schneider y, después de un año de amores a distancia, en diciembre de 2008 decidimos casarnos en ese país.
Regresé a Venezuela porque mi trabajo está aquí. En 2009, Oliver pidió un permiso no remunerado y vino. Su intención era quedarse a vivir conmigo, sin embargo, había un problema: sólo podía ingresar como turista, no había manera de inscribirlo en el seguro médico como mi cónyuge y no podía trabajar".
Entrevista a Estrella Cerezo: "Te cercenan la existencia"
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| Estrella Cerezo |
"Como no hay apoyo médico ni psicológico en ningún hospital público, entonces lo que una hace es automedicarse las hormonas con los riesgos que eso implica"
"Desde que empecé a tener uso de razón me di cuenta de que no era del sexo masculino. A los quince años empecé a vestirme como lo que me sentía: una mujer. Mi mamá no me corrió ni me apartó, más bien me apoyó.
Pero las cosas fuera de casa empezaron a hacerse difíciles.
Estudié Enfermería, pero sólo pude graduarme de auxiliar, quise sacar el técnico y la licenciatura pero mi condición de trans empezó a ser un problema".
Entrevista a César Sequera: "Hay discriminación religiosa"
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| César Sequera |
"Si, como en mi caso, eres soltero, pobre, homosexual y seropositivo, entonces son cuatro cruces que tienes encima para que te vulneren y discriminen"
"La Constitución no nos ampara. Aunque no hay ningún artículo que prohíba la condición de homosexual, de lesbiana, de bisexual, de transexual o de intersexual, desde el punto de vista legal no somos iguales: si vas a comprar un apartamento con tu pareja no tienes acceso a crédito, por ejemplo. Nos violan el derecho a la vivienda, no hay equidad".
Estas son las cuatro entrevistas incorporadas en el reportaje. Sin duda alguna nuestro país se ha quedado atrasado en muchos temas importantes, y éste es uno de esos. Realmente espero que pronto Venezuela comience a dar respuesta ante las grandes necesidades que tiene este colectivo, el cual día a día se ve afectado en muchos ámbitos legales, y también sociales, por la falta de interés que el Estado ha tenido en ellos.
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